Mi pasión por los objetos antiguos y por coleccionar nació en mi niñez. En el momento de mi vida en que me pregunté de donde venía mí inquietud personal y académica por la Arqueología y la Historia pensaba directamente en mi padre. Fue él quien sin darse cuenta me hizo amar esta profesión, quien me llevó a esos mundos llenos de encanto, de historias asombrosas y quien generó en mí, una curiosidad que aumentaba a lo largo de los años por conocer el pasado y querer estudiarlo.
Siempre recordaré los viajes que hacíamos con papá y mis hermanas a Bogotá, su ciudad natal y donde estaba su familia. Era para las vacaciones de junio y julio que íbamos a ver a la abuela y recorríamos toda la ciudad sin parar. Sitios como el Museo Nacional, la Galería de Restrepo, La Carrera Séptima, el Museo del Oro, la Casa del Florero, la Plaza de Bolívar y muchos otros, donde empecé a maravillarme por la historia y en sentir una fascinación por esos objetos y lugares del pasado.
Ahora pienso que nunca le pregunté a mi padre de donde venía su pasión por coleccionar cosas, pero creo que debió ser porque amaba mucho a su ciudad, y es que Bogotá esta llena de historia, de rincones de antaño, de gente que se siente muy orgullosa de ser de ahí, de calles empedradas, edificios viejos y de una historia oral muy rica sobre el pasado local. Siempre amaré esa ciudad, siempre recordaré todos esos sitios a los que papá me llevaba y como contaba con tanto amor sobre su historia. Mismos lugares a los cuales, el abuelo también lo llevó y con quien vivió en carne propia el “Bogotazo”. Esta fecha histórica fue una obsesión para mí mientras cursaba la universidad y entre más leía sobre aquel día, más me venía el recuerdo de esa historia que me contaba papá entre copas y que no se cansaba de repetir y yo de escuchar.
También creo que su interés por coleccionar cosas, venía por su fascinación por la cultura y el arte en general, además porque era muy curioso, o puede que tuviera una obsesión por los objetos en sí, ya que tuvo muchas y diversas colecciones. Todas éstas relacionadas con sus aficiones, como leer, la música, el cine, beber, la fotografía, llenar álbumes con fotos de su familia, comer y viajar. Entre sus colecciones tuvo coches, motocicletas y aviones en miniatura. Discos de vinilo y muchos cd de música variada. Además, al ser un hincha nato y muy apasionado del equipo de fútbol de “Millonarios”, tenía desde calendarios, banderines, camisetas y afiches, todo en relación a su amado equipo. Junto a éste, tenía una basta colección de revistas, álbumes y libros que hablaban sobre este deporte.
Debo agregar, que una de sus pasiones era el cine mexicano, uno de sus actores favoritos era "Cantinflas” el cual, llegó a ver sus películas infinidad de veces y por ende yo también. Tuvo toda la colección de sus películas, primero en VHS y luego como buen actualizado que era la hizo en DVD. Tuvo también casi todas las películas de Pedro Infante, Tin Tan, el Gordo y el Flaco y de otros actores. Es que ahora pensándolo bien, yo crecí y viví en una casa que era como un museo, porque no solo papá sino también mamá, impregnaba su propio estilo y gusto por el arte y las artesanías. Mis padres fueron muy cuidadosos en el estilo de la casa, sus muebles, sus cuadros, y todo lo que la componía, la forma en que estaba organizada y por supuesto sus diversas colecciones. Ya que, mi mamá también coleccionaba, tenía y aún tiene una gran colección de muñecas, figuras de cerámica y todo tipo de vírgenes en diversos tamaños y formas. Estas colecciones han ido creciendo por años y motivado por mis hermanas y por mí también, en que cada cumpleaños, en cada viaje y cada día de la madre sumamos piezas a sus colecciones.
Hasta aquí, debo decir que estas fueron las colecciones más pequeñas de mi familia, porque la verdadera y gran colección de mi padre fue el licor. Llegó a tener muchas pero que muchas latas de cerveza todas de diferentes países. Tuvo además, una gran colección de botellas ( de whisky, cogñac, tequila, vino, cava, brandi, grapa, etc y su respectivo bar ( un mueble negro que aún perdura en casa de mamá y que cuenta con un toque estético muy elegante ). Como complemento a esta gran colección, en donde podías ver botellas de diversas formas, colores, marcas, tamaños, estilos y tipos, hizo otra colección basada en todo lo relacionado a marcas de licor o cerveza, como ceniceros, banderines, tarjetas, porta vasos, figuras, kit para hacer cocteles, copas, vasos, destapadores, etc. Vaya aventura era para él, vivía buscando la botella más extraña o la que no tenía y vaya que gastó dinero en esto, pero bueno eso lo hacía feliz.
Siguiendo por mi recorrido de los recuerdos, fue a mis 16 cuando tenía que decidir qué hacer con mi vida y eso implicaba si o si estudiar una carrera universitaria. Fue en ese momento que decidí estudiar Ciencias Sociales puesto que, Arqueología no existía como carrera profesional en mi ciudad natal Cali. Después al terminar esta licenciatura, sentí que era el momento de estudiar un master que me acercara de verdad y de manera más técnica a mi verdadera pasión, la Arqueología. Siendo así, terminé estudiando en México, en donde no solo adquirí conocimientos sobre esta disciplina sino que también tuve oportunidades increíbles de conocer y visitar sitios repletos de Historia y Arqueología, lugares que ampliaron mi conocimiento, llenaron mi alma de emociones y que aún hoy recuerdo con gran admiración.
Otro aspecto importante y que también mis padres inculcaron en mí, fue el amor por la lectura y por los libros. En mi juventud, empecé a descubrir libros mágicos que me enseñaban y que me transportaban a otras realidades. He de confesar que de niña no me gustaba mucho leer, fue un ejercicio que fui adquiriendo con disciplina a lo largo de mi vida, motivado también por mi fascinación por escribir y por la carrera que estaba estudiando, con la que tenía que leer muchísimo. Además, sabía que si quería escribir cada vez mejor debía leer mucho, así que empecé siendo muy joven a leer primero temáticas que me interesaran mucho. De este modo, me centré en libros que hablaban sobre el origen del hombre, historia de Colombia, sociedades del pasado y muy especialmente por Egipto. Recuerdo que empecé también leyendo los libros de mi papá, casi todos de Historia ya que, era un un lector fascinado, por la historia de Roma y Grecia, de las cuales, hablaba con mucha elocuencia y mucha admiración sobre estos imperios.
Por parte de mamá, ella era una apasionada de las nóvelas, un tanto románticas, y los libros de crimen y misterio, estilo Agatha Christie, que por cierto ahora es de mis lecturas y escritoras favoritas, ya que, como les decía mi acercamiento a la lectura ha sido un proceso y ha sido influenciado en cuanto a mi momento de vida. Inicialmente, solo leía de Historia y Arqueología, pero llegó un momento de mi vida que pensaba, quisiera tener más tiempo para leer otro tipo de libros, como literatura y es que sentía que todo lo que leía era muy técnico y muy enlazado a mi profesión. Así que, en cuanto pude, comencé a explorar otro tipo de lecturas, desde poesía hasta nóvelas policíacas y contemporáneas, lecturas feministas y biografías.
Para finalizar mi reflexión, debo agregar, que colecciono libros de arte y manuales didácticos de Arqueología y va en aumento mi colección de imanes que exhibo en la nevera de mi casa. Y claro, es que con tantos coleccionistas en mi familia como no iba yo a ser una coleccionista.